París. Desde Afganistán a España, pasando por Francia, Honduras y Sudáfrica, miles de mujeres se movilizaron el viernes bajo distintas formas para reivindicar sus derechos a raíz del Día Internacional de la Mujer.
Las protestas se producen cuando los derechos de las mujeres se encuentran bajo amenaza de «retroceso» en el mundo, advirtió el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
En América Latina, colectivos feministas convocaron manifestaciones en varios países como México, Colombia, Uruguay, Honduras, Chile o Argentina.
«Saquen la motosierra de nuestros derechos», decía uno de los lemas de los colectivos argentinos, en rechazo a las recientes medidas antifeministas del presidente ultraliberal Javier Milei.
Afganistán
Pequeños grupos de mujeres se manifestaron discretamente en Afganistán, donde los talibanes las expulsaron de la vida pública desde su regreso al poder en agosto de 2021.
Las mujeres no pueden viajar sin que les acompañe un hombre de su familia o acceder a ciertos empleos. Tampoco tienen acceso a la educación secundaria o universitaria, ni a parques, ferias o gimnasios.
En Balj, en el norte, varias mujeres sostenían un cartel que decía: «Salven a las mujeres de Afganistán».
Argentina
En Argentina, colectivos feministas convocaron marchas con lemas como «la casta éramos nosotras», en las cuales denunciarán las consecuencias de los ajustes económicos que lleva adelante Milei.
Desde que asumió en diciembre, el mandatario ultraliberal cerró el Ministerio de las Mujeres, el Instituto Nacional contra la Discriminación y prohibió el lenguaje inclusivo en todas las comunicaciones de la administración pública.
España
En España, la división en torno a cuestiones como la comunidad LGBT o la prostitución hará que el movimiento feminista se manifieste dividido una vez más.
Muchas ciudades acogerán dos o más manifestaciones, como es el caso de Madrid o Sevilla, pero no en Barcelona, uno de los pocos casos de protesta unitaria.
Francia
Miles de personas se manifestaron en París y otras ciudades después de que el país se convirtiera el lunes en el primero del mundo en blindar en su Constitución la «libertad garantizada» de las mujeres a abortar.
La ley, adoptada el lunes, fue impulsada por la oposición de izquierda y por el oficialismo, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos dejara de reconocer el aborto como un derecho a nivel federal en 2022.
Honduras
Decenas de mujeres se reunieron en las cercanías del Congreso Nacional, en el centro de Tegucigalpa, para exigir «justicia, igualdad, respeto y equidad», según las pancartas que llevaban.
La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, Migdonia Ayestas, aseguró a la AFP que Honduras es el país con «más muertes violentas de mujeres y feminicidios en América Latina y el quinto en el mundo», después de Sudáfrica, Jamaica, Botsuana y Namibia.
En 2022, se registraron 308 muertes violentas de mujeres, señaló Ayestas. En 2023 fueron 380, deploró.
Irán
En Irán, un país vecino, la violenta represión de manifestaciones mayoritariamente pacíficas y la «discriminación institucionalizada» de mujeres y niñas dio lugar a «crímenes contra la humanidad», afirmó un informe de expertos encargado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La investigación, en la que las autoridades iraníes se negaron a participar, fue encargada por la ONU después de las multitudinarias protestas que sacudieron el país.
Las manifestaciones se desataron en septiembre de 2022 tras la muerte en custodia de Mahsa Amini, una joven de 22 años detenida por la policía de la moral por supuestamente llevar mal el velo.
Irlanda
En Irlanda se celebró un referéndum que busca modernizar las referencias a la mujer y a la familia en su Constitución, redactada en 1937 cuando la Iglesia católica imponía su dogma en el país.
Italia
Miles de personas se manifestaron en Roma y en Milán en contra de la violencia de género, después de la conmoción causada por varios feminicidios en los últimos meses.
En Milán, varias mujeres expresaron también su rechazo a la primera ministra de extrema derecha, Giorgia Meloni, que se describe a sí misma como una «madre cristiana» y se opone al aborto.
Pakistán
Cientos de mujeres se manifestaron en las principales ciudades de Pakistán, donde las movilizaciones a favor de los derechos de la mujer suelen ser criticadas por grupos religiosos conservadores.
«Afrontamos todo tipo de violencia: física, sexual, cultural (…) el matrimonio de niñas, violaciones, acoso laboral y en las calles», declaró Farzana Bari, organizadora de una protesta en Islamabad, la capital.
RD Congo
En República Democrática del Congo, miles de mujeres se vistieron de negro en señal de luto por las muertes que dejaron los conflictos en el este del país.
«Nosotras, las mujeres de RDCongo, rechazamos la guerra, la violación y el saqueo de nuestros recursos», clamaron en Bukavu, capital de Kivu del Sur.
Rusia
El presidente ruso, Vladimir Putin, elogió el viernes a las mujeres soldado que luchan en Ucrania y a las que apoyan la ofensiva de Moscú contra el país vecino.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, agradeció a las madres de soldados que combaten en Ucrania y les dijo: «Han criado a verdaderos patriotas y valientes defensores de la patria».
En las últimas semanas, esposas de soldados organizaron manifestaciones frente al Kremlin para pedir su regreso.
Sudáfrica
En Sudáfrica, cerca de 200 mujeres se manifestaron en apoyo al Consejo Judío Sudafricano para denunciar las violaciones y abusos cometidos por Hamás contra rehenes israelíes en Gaza.
«Estamos profundamente entristecidos por los horrores y las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás», lamentó una de las organizadoras, Gabriella Farber Cohen.
Turquía
Cientos de mujeres se congregaron en una calle que conduce a la plaza Taksim de Estambul, cerrada como en años anteriores.
También está prevista una marcha en la capital, Ankara, en una calle donde las protestas están prohibidas desde hace años.
América Latina
Las mujeres latinoamericanas llegan a otro 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con motivos para protestar en las calles por sus derechos.
Las exigencias de igualdad a los gobiernos acumulan cuentas pendientes y este año, además, enfrentan nuevas amenazas de retroceso con la llegada al poder de hombres, como el presidente ultraderechista argentino Javier Milei, que han desechado abiertamente las políticas contra la discriminación.
La violencia de género se mantiene como uno de los problemas más acuciantes, acumulando muertes de mujeres y sin que la política pública haya corregido los índices de impunidad que van aparejados a las agresiones y feminicidios.
Pero no es la única deuda del sistema con ellas, que aún lidian con menos espacio en posiciones de poder y mayor precariedad laboral.
Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, una mujer es asesinada por razones de género en el continente cada dos horas.
Además, en posiciones de decisión, las mujeres no llegan a ocupar ni uno de cada tres puestos en gabinetes ministeriales en Latinoamérica. Les corresponde el 28,7% de estos espacios en el promedio regional y solo en dos países, Chile y Costa Rica, se llega o supera la paridad.
Peor es la realidad de las trabajadoras. Son las que asumen mayoritariamente los trabajos no remunerados, usualmente en la esfera privada. En el mejor escenario, el de las brasileñas, dedican un 22,1% de su tiempo de trabajo a tareas no pagadas. Pero en la mayoría de países latinoamericanos, esta dedicación sin remuneración oscila entre un 30% y un 42% de tiempo de trabajo.
En cambio, en el caso de los hombres, apenas de un 15% a un 23% de su tiempo de trabajo se va a tareas no retribuidas. En ningún país, supera el 25% de su tiempo, según Cepal.
De ahí que estén previstas multitudinarias manifestaciones el 8 de marzo, con reivindicaciones por las cuentas pendientes y ante el riesgo de retrocesos.
Las nuevas generaciones de mujeres jóvenes están cansadas de herencias machistas, apunta Jennifer Piscopo, profesora en Género y Política en la universidad Royal Hollway de Londres.
“Están creciendo en países en los que, en el papel, la vida las mujeres latinoamericanas parece que deberían ser bien tratadas, pero esa no es su experiencia en el terreno. Entonces están enojadas”, apuntó Piscopo, que ha estudiado sobre América Latina por décadas.
Mientras en Argentina las mujeres temen que el gobierno Milei suponga la pérdida de conquistas como el aborto legal, en México la casi segura llegada de una mujer a la presidencia será un examen para un país con un alto índice de violencia de género.
El combativo movimiento feminista convocó a marchar en todo el país, en rechazo a los intentos de Milei de derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo, en repudio a la violencia machista y contra el empeoramiento de la situación económica de las mujeres por las medidas de ajuste del nuevo ejecutivo.
Milei posteó una felicitación en Instagram para “aquellas que luchan, trabajan y aman, las que tienen el coraje de atreverse a la fuerza del cambio para lograr la paz, la justicia y la igualdad. A las que forjan sueños e ilusiones y cultivan vidas”. El mensaje desencadenó las críticas de usuarias que cuestionaron al presidente por haber “destruido” las políticas con «perspectiva de género”, negado la existencia de una brecha salarial entre hombres y mujeres y arremetido contra quienes deciden abortar.
Dos días antes del Día de la Mujer, Milei –que llegó al poder el 10 de diciembre— volvió a apuntar contra la ley de aborto de 2020 que contempla esa práctica de forma libre y gratuita y sostuvo que “es un asesinato agravado por el vínculo”.
Pocas horas antes del inicio de la movilización de organizaciones feministas, el gobierno anunció que el Salón de las Mujeres inaugurado en 2009 para homenajear a figuras femeninas de la historia argentina pasará a llamarse Salón de los Próceres. El portavoz presidencial Manuel Adorni señaló que estas instalaciones se encontraban en estado de abandono y “que haya un Salón de las Mujeres tal vez sea hasta discriminador para los hombres”.
Florencia Alcaraz, una de las fundadoras del movimiento Ni Una Menos contra la violencia de género, cuestionó que con «el desfinanciamiento del sistema de salud y una retirada del Estado en un montón de planos, lo que está en riesgo es el acceso y el goce de una vida reproductiva saludable y con menos riesgos”.
Milei eliminó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y lo redujo a una subsecretaría contra la violencia de género.
El Centro de Economía Política Argentina dijo que todas las políticas que el año pasado iban destinadas a reducir las desigualdades de género “están mostrando reducciones muy importantes en términos reales” y que el programa para casos de violencia de género “perdió un 30% de su poder adquisitivo desde la asunción de Milei”, agregó en un comunicado. El gobierno no respondió públicamente.
Las próximas elecciones de junio de México podrían llevar por primera vez a una mujer a la presidencia, en uno de los países más violentos contra ellas, lo que abrió el debate sobre si esto irá acompañado de un avance en políticas de género.
Ninguna de las dos candidatas, la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, ha incluido el aborto entre sus ofertas de campaña, pero sí se plantean medidas para la igualdad y la protección de las mujeres.
Las cifras de feminicidios en los últimos años han sobrepasado los 3.000 casos por año.
La activista María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, dijo que espera que quien llegue a la presidencia enfrente al “conservadurismo de este país” e impulse políticas que “rompan con los estereotipos”.
Mariana Reyna, directora de la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia la Mujer, también lo ve con optimismo, pero prefiere esperar a las acciones concretas. “Hay anuncios de que va haber un compromiso, pero eso no es garantía. Hemos visto mucho retroceso ahorita. Yo veo una ruta difícil”.
Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, anunció estar dispuesta a dar rango constitucional a la igualdad de las mujeres. Para disminuir los feminicidios, se comprometió a activar un programa similar al que aplicó en la alcaldía capitalina para prevenir y denunciar la violencia familiar, promover fiscalías especializadas y obligar a que cada muerte de una mujer sea investigada como feminicidio.
Por su parte, Gálvez también pretende atacar la alta incidencia de feminicidios. Sobre el aborto, despenalizado en 2021 por la Suprema Corte de Justicia, ha afirmado que ya es un derecho y que no dará “ni un paso atrás”, pero no ha hecho ofertas concretas para garantizar a las mexicanas una interrupción segura del embarazo.
Aunque en México no está permitido que una mujer vaya a la cárcel por abortar, sólo en trece de los 32 estados del país se ha legalizado la interrupción del embarazo, lo que genera trabas.
Es uno de los países más flexibles de Latinoamérica sobre interrupción voluntaria del embarazo, desde hace dos años cuando la Corte Constitucional aprobó la despenalización hasta la semana 24 de gestación. Un avance que las defensoras de los derechos de la mujer todavía celebran, mientras piden su efectiva implementación sin dilaciones.
En el acceso a las esferas políticas, el gobierno del izquierdista Gustavo Petro ha buscado paridad en los ministerios y postuló a tres abogadas como candidatas a fiscal general.
No obstante, los feminicidios siguen siendo una gran preocupación. Al menos 21 mujeres fueron asesinadas en enero, según la Procuraduría. Uno de los casos más recientes fue el de una joven de 20 años encontrada sin vida dentro de una maleta en Medellín. Las autoridades señalaron como presunto responsable a un canadiense que habría sido su pareja y huyó.
El gobierno del izquierdista Gabriel Boric, declarado abiertamente feminista, cuenta con el gabinete más paritario de la historia del país y por primera vez con una mujer a cargo del Ministerio del Interior.
Tras siete años de tramitación, se aprobó la ley integral contra la violencia a las mujeres, que incluye a niños como víctimas y no solo como testigos, amplía el concepto de violencia a las relaciones de noviazgo e incorpora la violencia gineco-obstétrica.
Esta ley es valorada por Gabriela Rosero, jefa de ONU Mujeres Chile, como un “gran avance” que sitúa al país al nivel de otros en el mundo para “fortalecer el sistema de prevención”.
En el camino de deudas pendientes, una ley de aborto más abierta que la que existe, donde se permite el aborto terapéutico en tres causales desde 2017, pero que presenta obstáculos en la práctica por la objeción de conciencia.
El aumento de la violencia criminal y la mirada esquiva del gobierno de turno, de tinte conservador, ponen con saldo rojo la lucha de las mujeres por la igualdad. Para la activista y profesora de la Universidad Central, Milena Almeida, se registran los más altos niveles de violencia contra las mujeres, algo en lo que ha incidido el contexto de inseguridad y la reciente declaración del conflicto armado interno en el país.
El año pasado hubo 321 femicidios, de ellos, 172 tienen relación con estructuras criminales, aseveró. Y eso, dijo, es debido a que el Estado no tiene voluntad política ni destina fondos para hacer cumplir los derechos de las mujeres, a lo que se suma un sistema judicial lento o inoperante para protegerlas.
Este Día Internacional de la Mujer, además, llega sumergido en la polémica por un caso de una violación grupal a dos estudiantes de un reconocido colegio privado por parte de tres compañeros. “Es una muestra de que no hay enfoque de género en las familias, en los establecimientos educativos y tampoco voluntad de hacer cumplir los derechos de las mujeres por parte del Estado”, manifestó Mayra Tirira, abogada y vocera de la organización feminista Surkuna.
Pese a los avances en papel, como la exigencia de paridad en la Asamblea y en candidaturas presidenciales o la ley contra la violencia política a las mujeres, la igualdad tampoco está garantizada en Bolivia. Las políticas bolivianas no tienen un poder de decisión real, según activistas.
“En Bolivia aún no se cumple a cabalidad el derecho de la mujer a decidir, porque los varones aún no nos ven como iguales y es difícil que desde el poder se les dé su lugar”, dijo Tatiana Mariaca, responsable de la unidad de género en la ong Bolivia de Conexión, dedicada a mitigar las desigualdades.
“El problema de las leyes es que tenemos muy buenas en el papel, pero no se respetan”, agregó.
El Salvador
Cientos de salvadoreñas marcharon este viernes para exigir la despenalización del aborto y rechazar la decisión del gobierno de Nayib Bukele de retirar la perspectiva de género de los programas escolares.
En un país donde aborto y urgencias obstétricas se castigan como un crimen, las manifestantes congregadas en un parque de San Salvador, muchas vestidas con camisas moradas o amarillas, corearon: «Nuestros derechos no se negocian, se respetan».
«La penalización absoluta del aborto sigue condenando a cientos de mujeres a poner en riesgo su salud y vida, obligando a muchas niñas y mujeres a esperar embarazos impuestos», según un documento leído con altavoces en la marcha por el Día Internacional de la Mujer.
El Salvador prohibió el aborto sin excepciones en 1998 y la ley lo castiga con dos a ocho años de cárcel, aunque a menudo es tipificado como «homicidio agravado», lo que conlleva a penas de 30 a 50 años de prisión.
En la última década, 73 mujeres fueron condenadas por abortos o emergencias obstétricas acusadas de «homicidio agravado», pero todas han sido liberadas, la última de ellas en noviembre pasado, tras gestiones de oenegés como la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.
«Debe de haber una protección en el tema del aborto», dijo a la AFP Nayarit Alvarado, de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, al señalar que «no se puede criminalizar a niñas y jóvenes».
Las manifestantes, que marcharon por calles de la capital, también criticaron la decisión del gobierno de Bukele de retirar la perspectiva de género de los programas escolares.
«Es una medida que se suma al desmontaje de los avances que habíamos logrado conquistar como mujeres», dijo a la AFP la activista Maricela Ramírez, del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular.
Guatemala
Varias organizaciones se reunieron hoy en diferentes puntos de Guatemala para plantear sus demandas a propósito del Día Internacional de la Mujer, entre ellas generación de oportunidades de empleo, justicia y democracia.
“En lo social las políticas públicas son ineficientes”, subrayó frente al Congreso, en un plantón denominado Por la agenda legislativa a favor de los derechos de las féminas, Maritza Velásquez, coordinadora de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de Maquila.
Señaló como deudas, en declaraciones al medio digital Plaza Pública, los presupuestos que no se asignan en el país, la necesidad de sacar a las mujeres de la informalidad y en lo político reclamó espacios de decisión para ellas.
En la Plaza de los Derechos Humanos, la integrante de Unamg Sandra Puac expresó que la administración guatemalteca tiene deudas con las mujeres y niñas tales como el acceso a la tierra y a la justicia.
Denunció que el empobrecimiento de las féminas es a causa de los problemas estructurales del Estado.
Manifestantes colocaron flores en las rejas del Ministerio Público (MP) y pidieron investigar y garantizar justicia, para las mujeres que sufren algún tipo de violencia.
Trabajar en ese sentido es una de las deudas pendientes de la fiscalía general de la nación, opinó Victoria Cumes de la Asociación de Mujeres Nuestra Voz.
Manuela Hernández, quien viajara a esta capital desde el municipio Tecpán, departamento de Chimaltenango, reclamó a las autoridades del MP que cese la impunidad en estos casos de violencia.
En las puertas de la Corte Suprema de Justicia, un grupo exigió que se tomen en cuenta todas las denuncias, “porque ya existe la ley contra el feminicidio y otras formas de violencia”, remarcó.
Ante la Corte de Constitucionalidad, la integrante de Unistragua Histórica Eva Cifuentes consideró que no hay protección ni garantías para las mujeres trabajadoras.
Janeth Contreras, miembro de un colectivo trans y de empleadas sexuales, descartó que el Estado proteja a las mujeres y a las niñas, sobre todo a las que se encuentran en situación de calle.
Recordó la tragedia del Hogar Seguro, en el municipio capitalino Juan José Pinula, donde 41 menores perdieron la vida después de intentar escapar por supuestos maltratos por parte de las autoridades de ese lugar.
Durante una caminata en el departamento de Quetzaltenango, Miriam Salanic dijo acompañar “esta lucha en el que queremos decir que se respeten nuestros derechos”.
Reclamó más oportunidades laborales para las mujeres, porque solo la inclusión va a permitir que se valore nuestro aporte al desarrollo, aseveró.
Mujeres de todas las edades salieron también de sus casas y comunidades este 8 de marzo en otros departamentos de Guatemala para expresar sus demandas y exigir el cumplimiento de sus derechos.
Tomado de lajornada